Es curioso como los sucesos de nuestra vida van
relacionándose y encajando como si fueran simples piezas de un rompecabezas. Y
es que hace unos días, fui a ver “Relatos salvajes”, una película en la cual se muestra, a través de seis historias tragicómicas diferentes, como todos
podemos perder el control. Dos días después, terminé de leer el libro “Conciencia” del escritor Osho y hoy vi
un video de neurociencias sobre el "Estrés".
A esta altura, usted estará preguntándose cómo es
que encajan estas tres piezas del rompecabezas: una película argentina de
comedia negra, las palabras de un maestro espiritual indio y los últimos
descubrimientos de las neurociencias.
¿Cómo se vincula la investigación científica del estrés
con la conciencia y con esos “Relatos salvajes”?
Según Sonia Lupien, neurocientífica de McGill
University, “el mejor método de lidiar con el
estrés se basa en conocerlo bien.”
“Conocerlo bien” implica no sólo saber cuáles son
las causas que deben presentarse para que aparezca el estrés, sino también
poder reconocer cuáles son los efectos que tiene sobre nosotros.
Por lo general, nos
damos cuenta de que estamos estresados cuando pareciera ser… demasiado tarde. Esto
ocurre con las historias de la película, donde los personajes pierden el
control cuando se enfrentan a distintas circunstancias de la vida.
En mi opinión, nos sentimos identificados con los
relatos (aunque no lo reconozcamos) y, por algo será, que esta película tiene tan buenas críticas. Si bien,
muchos de nosotros nunca hemos reaccionado así (por suerte), no podemos negar que ante ciertas circunstancias
sentimos como si “explotáramos de ira”.
Este enojo repentino, que puede
presentarse ante una mínima situación, es la última fase del estrés. Pero entonces… ¿Cómo
hacemos para darnos cuenta antes de que sea demasiado tarde?
La Dra. Lupien explica que las
dos primeras fases del estrés son:
- Problemas de digestión: dolores de estómago, descompostura, etc.
- Exceso en el consumo de ciertos alimentos o sustancias: fumar, beber alcohol o comer alimentos con azúcar, en abundancia.
Entonces, según las creencias
occidentales y las últimas investigaciones del cerebro, tenemos que empezar a prestar
más atención a las señales que nos va dando nuestro cuerpo, antes de que sea
demasiado tarde y lleguemos a tener un estrés… crónico.
Esto no es ningún “descubrimiento” para el otro
lado del globo terráqueo (Oriente) quienes ya, hace varios años, creen en la
necesidad de la observación de lo que pasa por la mente humana.
Osho, una de las personas más influyentes en la
India, afirma que sufrimos porque somos inconscientes de lo que sentimos,
pensamos y hacemos, y que la forma más fácil de salir de este sufrimiento es
encontrar algo que nos deje aún más inconscientes, más insensibles. El autor da
el ejemplo de la droga y lo compara con el estado de furia total al cual llega
un homicida que niega haber matado a alguien. Esta persona no era consciente de
lo que hacía, simplemente porque estaba intoxicado por su propia ira. Es por
esto que Osho dice que: “el primer paso hacia la consciencia es prestarle mucha
atención a tu cuerpo.”
Entonces pareciera…
- Que lo que decimos no es nada nuevo,
- Que “conócete a ti mismo” es una frase tan vieja que ya la hemos olvidado,
- Que el “autoconocimiento” es una habilidad de la inteligencia emocional tan nueva que pareciera ser desconocida,
- Que un “relato salvaje” puede ser el resultado trágico del estrés cotidiano,
- Que al final, vivamos aquí o allá, hay que prestarle atención a nuestra mente, pero sin olvidarnos de nuestro cuerpo,
- Que al fin y al cabo…
“Si estás consciente no necesitas controlar
la ira,
porque estando consciente la ira nunca
surge”
Osho
Osho